Si ya llevas con nosotros una temporada sabrás la importancia que tiene en el proceso de rewilding el saber ancestral de los pueblos aborígenes de este planeta.
Es un saber que todos llevamos dentro. Nosotros también, pero de manera completamente inconsciente.
Hace ya muchos siglos que nos desconectamos de él.
El resultado es que vivimos perdidos, enfermos y con el piloto automático puesto para poder sobrevivir.
Y, sin embargo, existen formas de encontrar de nuevo esa conexión perdida.
Una de ellas es acercarnos y aprender de quienes todavía la poseen en mayor o menor medida.
Por ello, hoy hemos traído al blog a una persona que nos puede ayudar en esa tarea y que nos hace una ilusión infinita entrevistar.
Admiramos enormemente su sabiduría y experiencia en torno a un tema que enseguida te vamos a desvelar.
Francesc Bailón es antropólogo y el experto por excelencia en cultura inuit en habla hispana. La estudia desde 1997 y la conoce de primera mano gracias a múltiples expediciones y largos periodos de convivencia entre los miembros del pueblo ártico, especialmente en territorio groenlandés.
Supimos de la existencia de Francesc durante un viaje a Groenlandia en el año 2010. Sin saberlo, nuestros caminos se cruzaron en el aeropuerto de Narsarsuaq. Nosotros llegábamos. Él regresaba. Días después nos contaron que había un antropólogo español experto en cultura inuit que vivía a caballo entre España y este país.
Desde entonces no hemos dejado de seguirle la pista.
Además de investigador incansable, Francesc imparte cursos y conferencias sobre cultura inuit, es guía de viajes al Ártico, autor de los libros Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia y Los inuit. Cazadores del Gran Norte. También es realizador del entrañable documental La Sonrisa del Sol, que te recomendamos desde ahora mismo, y es asesor de la película ganadora de cuatro premios Goya Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet.
En fin, que su currículum es más que extenso y lo puedes encontrar en internet, pero lo que hoy queremos compartir contigo, a través de la experiencia de Francesc, es la sabiduría del pueblo inuit.
Hablar de rewilding es hablar de las Primeras Naciones que poblaron este hermoso planeta porque son previas al destructivo proceso de domesticación humana del que seguimos sufriendo las consecuencias, y son las únicas que todavía conservan el testigo de cómo era la vida libre, nómada, en perfecta armonía con la naturaleza, sin egoísmo, sin propiedad privada.
Conservar y recuperar ese saber ancestral es vital para nuestra propia supervivencia.
Es preciso que aprendamos y pongamos en práctica, en la medida de lo posible, lo que sí funcionó en las sociedades preagrícolas, en las que el hombre todavía era libre, en lugar de intentar solucionar todo con tecnología y medicamentos.
Por ello estamos convencidos de que el pueblo inuit tiene mucho que enseñarnos.
Vamos allá con la entrevista.
Francesc, ¿cuándo y por qué empezó tu interés por los inuit?
Desde pequeño sentía pasión por el Ártico, me atraían los iglús, los osos polares, los esquimales, las focas y el frío, pero lo veía como una mera atracción y nada más. Nunca se me pasó por la cabeza convivir con ellos.
Hice la carrera de antropología cultural y ni siquiera al finalizarla me planteaba ir al Ártico, lo veía como muy distante y lejano.
En 1997 trabajaba en la biblioteca del Museo Etnológico de Barcelona y una lectora había dejado un libro sobre la mesa. Cuando me disponía a guardarlo me llamó mucho la atención el título: Poesía y canto primitivo, de Cécil Bowra.
Empecé a ojearlo. Hablaba de, entre otros pueblos, los inuit y de que improvisaban canciones y poesías para solucionar sus conflictos sin recurrir a la violencia física. Me fascinó que un pueblo recurriera a su riqueza lingüística para llevar a cabo duelos lingüísticos y así solucionar los conflictos.
A partir de ahí empecé a leer otros libros relacionados con el tema.
Todo lo que iba descubriendo hizo que ese mismo año decidiera especializarme en el estudio de dicho pueblo, aunque mi primer viaje a territorio inuit no tuvo lugar hasta 1999.
Mi primer viaje fue a Canadá. Allí me encontré con unos inuit muy occidentalizados, aunque la experiencia me valió para conseguir documentación y las primeras piezas inuit.
Pero mi primer gran viaje a su territorio fue en 2002, a Groenlandia.
En una entrevista al periódico La Vanguardia, decías que “los inuit son el último soplo de humanidad del planeta”. Me encanta esa frase pero, ¿a qué te refieres exactamente?
Los inuit son el ser humano en su estado más puro.
Conviviendo con ellos te das cuenta de aquello en lo que te has convertido y en lo que un día fuiste y dejaste de ser: una persona que no era egoísta, que era hospitalaria, solidaria, una persona que no trabajaba para su propio beneficio sino para el de la comunidad, una persona que lo compartía todo.
Hasta que llegó la industrialización y se fue desarrollando el proceso de globalización, con sus clases, las diferencias entre ricos y pobres, etc., y esa esencia se perdió.
Los inuit, sin embargo, siguen siendo como éramos nosotros antes de que llegara todo esto.
Por eso, considero que estamos ante el último soplo de humanidad, entre otras cosas, porque si algo nos han enseñado los inuit es que se puede vivir perfectamente en equilibrio y armonía con el medio, a caballo entre el mundo tradicional y moderno, sin necesidad de transformar o modificar y destruir tu entorno, manteniendo la esencia del ser humano.
Ellos en sus casas tienen todos los avances tecnológicos y comodidades del mundo moderno, pero la gran diferencia entre ellos y nosotros está en el momento en el que cruzan el umbral de sus hogares. Ahí se ve la gran diferencia.
Lo que ocurre es que los avances tecnológicos no los hemos utilizado solo para satisfacer nuestras necesidades y mejorar nuestra calidad de vida sino para modificar y destruir el medio.
No todos los inuit han sabido encontrar ese equilibrio, como es el caso de aquellos que pueblan, por ejemplo, la costa sudoeste de Groenlandia, que es todo lo contrario, pero la esencia no se ha perdido.
Has guiado numerosas expediciones y convivido entre ellos en varias ocasiones. ¿Qué aprendizajes te has traído de allí que hayan cambiado tu vida?
Estando con los inuit aprendo constantemente. Siempre hay cosas nuevas que me enseñan y para eso soy como una esponja, absorbo todo lo que me explican y experimento, pero básicamente destacaría tres cosas:
1/ La humildad: es muy importante para mí porque sin darme cuenta he ido realizando proyectos importantes, me he hecho un nombre dentro de la comunidad científica, he hecho películas, obras de teatro, he escrito libros…, pero si algo he aprendido de ellos es que lo mejor es no pensar o no anclarte en lo que has hecho. Una vez realizado hay que pasar página y centrarte en lo que todavía puedes hacer y aportar.
2/ El entender la naturaleza en las condiciones más extremas del planeta y respetarla sacando el máximo provecho de ella, pero siempre con el más absoluto respeto. También he aprendido de ellos que la naturaleza te está dando señales continuamente, por ejemplo:
- cuando hay humo de mar significa que el mar está abierto
- cuando sopla viento en primavera significa que no es buen momento para ir a cazar porque las focas no suben a la superficie
En definitiva, he aprendido a entender la naturaleza para adaptarme a ella lo mejor posible.
3/ He aprendido con ellos lo que es la amistad en su estado más puro, en lo bueno y en lo malo, dar sin esperar nada a cambio, la complicidad, la hospitalidad, el valor de los silencios.
El documental La sonrisa del sol me enamoró desde el minuto uno. ¿Cómo surge la idea de llevar a un grupo de cazadores inuit a pasar una semana de vacaciones en las Islas Canarias?
La productora se puso en contacto conmigo para plantearme la idea de llevar a unas familias inuit del Ártico a pasar unas semanas de vacaciones a las islas Canarias.
La propuesta original era realizar unos anuncios para promocionar dichas islas en países nórdicos. Era algo que nunca se había hecho y no sabía hasta qué punto era posible.
Lo que sí era cierto es que, suponiendo que los cazadores estuvieran de acuerdo, era una pena quedarse en realizar unos meros anuncios. Era una oportunidad única para hacer un documental muy bonito, dar a conocer la cultura inuit a la gente y explicar de alguna manera la impresionante capacidad de adaptación de este pueblo y, así, aprovecharlo todo.
Me fui a Groenlandia para hablar con los cazadores, que aceptaron encantados y nada más regresar a Barcelona se puso en marcha el proyecto.
Al final se hizo el documental y también los anuncios, por lo que ambas partes salieron beneficiadas:
- al año siguiente aumentó de forma considerable el número de turistas en Canarias,
- el documental ganó numerosos premios, mucha gente ha viajado a la costa este de Groenlandia para conocer el mundo inuit. Gracias a este documental, Kulusuk también tiene su lugar en el mundo. Aunque, en realidad, lo más importante fueron los momentos únicos y excepcionales que pasamos todos con los inuit.
Se habla mucho de la dieta inuit. Cuéntanos un poco hasta qué punto se mantiene la dieta tradicional en los territorios que has visitado.
En este sentido hay dos problemas:
- El primero tiene que ver con la existencia de los llamados “contaminantes orgánicos persistentes” o COP (POP en inglés).
Provienen de las principales fábricas de EEUU, Canadá y México, se trasladan a través del aire a zonas frías, en este caso el Ártico, y se introducen en los animales.
Como los inuit comen la comida cruda o hervida, absorben estas toxinas hasta tal punto que muchas mujeres no pueden dar pecho a sus hijos porque expulsan dichas toxinas a través de la leche materna, que se convierte en un cóctel tóxico.
Todo esto no es algo nuevo, la primera investigación al respecto se llevó a finales de los años 80 . En palabras de la activista inuit canadiense Sheila Watt-Cloutier:
Ustedes van al supermercado para conseguir alimentos. Nosotros salimos a la tierra a cazar, a pescar y a recolectar. El medio ambiente es nuestro supermercado. Cuando damos el pecho a nuestros bebés, les hacemos beber un cóctel químico tóxico que presagia desórdenes neurológicos, cánceres, enfermedad renal y disfunción reproductiva. El hecho de que las madres inuit —lejos de las zonas en que se fabrican y se utilizan los COP— tengan que pensar dos veces antes de amamantar a sus infantes, sin duda es una llamada para despertar al mundo.
Por poner otro ejemplo, en 2013 en Tassermiut, pesqué un salmón que tenía bultos en la cabeza. Los análisis posteriores confirmaron que se trataba de un animal contaminado.
- El segundo problema es que la globalización cada vez está penetrando más en la cultura inuit y la alimentación es uno de los aspectos afectados.
A pesar de todo, yo diría que mantienen la dieta original a base de los recursos que encuentran allí, como carne de ballena, de foca, de oso polar en algunos casos, diferentes tipos de aves y de peces como el salmón y la trucha ártica, el fletán, etc.
Todo esto continúa formando parte de la dieta inuit pero también es cierto que han empezado a introducir verdura y fruta que llegan de Occidente.
Incluso, desde hace pocos años, en el sudoeste de Groenlandia hay una granja en Upernaviarsuk en la que enseñan a los inuit a cultivar la tierra y a sacar el máximo provecho de ella. Han llegado a cultivar ¡fresas groenlandesas!
Pero la base sigue siendo el mattak o piel de la ballena que se come cruda y que es el mejor antiescorbútico del mundo por su elevado contenido en vitamina C y con el que suplantan la falta de fruta y verdura en su dieta. Es uno de los manjares de la gastronomía inuit.
En una casa inuit verás que se comen productos occidentales en mayor o menor medida, dependiendo del lugar, pero la base sigue siendo la comida tradicional ya que tampoco hay demasiado donde elegir.
¿Cómo pasan los inuit los largos meses de invierno?
Durante el periodo invernal apenas salen a cazar, no solo por la escasez de luz y por el frío, sino también por las consecuencias del cambio climático: en ciertos lugares el mar no empieza a congelarse hasta noviembre o diciembre, y por lo tanto no es buen momento para salir con el trineo de perros, que es inestable. Han muerto muchos cazadores a los que se les ha abierto el mar helado. Esperan más o menos a febrero para poder empezar a desplazarse de nuevo.
Son meses de inactividad, consumen lo que han ido cazando a lo largo del año, aprovechan para ampliar sus relaciones sociales, para estar en familia.
Desde luego, no es el mejor momento para visitar el Ártico porque no hay nada que hacer, además del difícil acceso a lugares como Kulusuk donde las condiciones climáticas son muy inestables. En invierno cancelan muchos vuelos.
¿Qué diferencias culturales hay entre los inuit de Groenlandia y de Canadá?
Encontramos inuit en Alaska, Siberia, Canadá y Groenlandia.
Los que van por delante, es decir, los que son más tradicionales y han consiguiendo hitos que considero excepcionales (primero un gobierno autónomo, después un autogobierno, y más adelante una independencia importante), son los inuit de Groenlandia.
El segundo nivel sería Canadá, donde también han conseguido un autogobierno y gobiernos autónomos como el de Nunavut. Gracias a ello han podido mantener muchas de sus costumbres y mantener su lengua como oficial o cooficial junto con el inglés o el francés, dependiendo del lugar.
El nivel más bajo o los que están más “culturizados” u occidentalizados, además de masacrados, son los de Siberia y Alaska. Los de Siberia no tienen derechos y los de Alaska creo yo que cometieron el error de venderse al gobierno norteamericano de una forma u otra, renunciaron a parte de sus derechos y a una parte de sus tierras y viven en cooperativas regionales, por lo que han perdido gran parte de su identidad cultural.
Por todo esto decidí empezar por Groenlandia, por ser la más tradicional de todas. Pero incluso dentro de Groenlandia hay diferentes niveles:
- la costa oeste, desde Nuuk, la capital, hacia abajo es lo más parecido a Canadá, están más occidentalizados;
- el noroeste de Groenlandia y la costa este continúan siendo bastiones tradicionales.
En menos de 300 años, muchos pueblos aborígenes del mundo han pasado de la vida libre y salvaje a la vida domesticada. Es el caso de los inuit. Las graves consecuencias son conocidas por muchos. ¿Cómo ves el futuro de este pueblo?
Es complicado saber lo que va a pasar, pero creo que hay dos aspectos que condicionarán el futuro de los inuit:
1/ La contaminación medioambiental
2/ El calentamiento global
No creo que los inuit acaben desapareciendo, creo que se adaptarán a las circunstancias que tengan pero, sin duda, su cultura tradicional se verá resentida y perderán una parte de la misma.
Tampoco pienso que sea un pueblo en vías de extinción porque, aunque el Ártico y la Antártida sean los lugares que más están sufriendo el calentamiento global, los inuit tienen la suficiente capacidad de adaptación a las circunstancias.
Aun así, tendrán que renunciar a muchas cosas como, por ejemplo, sus viajes en trineo de perros, a cazar y pescar, actividades todas ellas que forman parte de su identidad, por lo que pueden perder esa esencia heredada de nuestros antepasados.
Pero es difícil predecir lo que pueda pasar.
¿Qué puede enseñarnos la cultura inuit que podamos aplicar aquí en Occidente?
Hay muchas cosas que podemos aprender de los inuit, pero básicamente yo resaltaría dos:
1/ Aplicar una de sus máximas: si ayudas y respetas a tu prójimo, estaremos en un mundo mejor, eliminando así el egoísmo, la prepotencia, el que una persona esté por encima de la otra, etc.
2/ Si aprendemos a escuchar y entender lo que la naturaleza nos transmite y somos capaces de adaptarla sin modificarla y gestionar los avances tecnológicos de forma sostenible y con máximo respeto hacia el entorno, podremos extraer mucho más provecho del que estamos obteniendo hoy en día. La clave sería saber encontrar el equilibrio sin destruir.
¿Qué consejo darías a la gente para que vuelva a encontrar la conexión con la naturaleza?
Lo que a mí me ha funcionado en muchas ocasiones y que he aprendido de los inuit es que seamos capaces de escucharla. La naturaleza nunca está en silencio, siempre nos está queriendo transmitir algo, pero los problemas que se presentan son dos:
1/ ¿Queremos realmente escuchar lo que quiere transmitirnos?
2/ ¿Seremos capaces de escucharlo?
Vete a cualquier sitio donde puedas estar solo en compañía de la naturaleza, da lo mismo que sea una montaña o cerca del mar y, simplemente, siéntate a escucharla.
Esto solo es posible si crees en ello, si crees que la naturaleza tiene algo que decirte. Si no lo crees ahórrate el viaje porque vas a perder el tiempo.
¿Cuál es tu principal proyecto a corto plazo?
Voy a hacer una exposición en el Museu de les Cultures del Món en Barcelona sobre los inuit y el hilo conductor de la misma serán los duelos cantados para averiguar quiénes son los inuit, mi relación con ellos, etc.
Habrá fotografías, vídeos y piezas mías recopiladas a lo largo de mis expediciones.
La exposición, titulada Nuna. La tierra de los inuit, tendrá lugar del 28/9/2017 al 14/1/2018.
¿Cómo pueden contactar contigo las personas que estén interesadas?
A través de:
http://www.antropologiainuit.com/ y https://culturainuit.wordpress.com/
Email: nanukf@ya.com
Teléfono: +34 626.00.88.35
Y para los valientes que se animen a hacer un viaje a territorio inuit:
http://x-plore.es/holiday/viaje-antropologico-expedicion-inuit-groenlandia/
http://x-plore.es/holiday/expedicion-tunu-viaje-cultural-a-la-costa-este-de-groenlandia/
Ha sido un enorme placer charlar con Francesc. Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento por dedicarnos unos minutos de su valioso tiempo y por compartir con nosotros sus aprendizajes y experiencias de mano del pueblo inuit.
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¡Un fuerte abrazo!
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Me ha gustado mucho la entrevista, me ha encantado saber que lis inuit solucionan sus conflictos a través de la poesía o canciones. Creo que deberíamos aprender mucho de ellxs. Lo que me ha dado mucha rabia es lo referente a su alimentación. Para mi es muy importante, me paso un montón de tiempo en el super leyendo las etiquetas para comprar lo más natural posible, y que ellxs no puedan comer los alimentos directos de la naturaleza por nuestra culpa me parece super injusto. Tenemos que empezar a ser más conscientes de nuestro entorno. Muchas gracias Kiki por abrirnos los ojos. Un abrazo!!!
Hola Oihana,
no sabes cuanto me alegra que te haya gustado la entrevista. La verdad es que ha sido un placer enorme charlar con Francesc, es una persona muy cercana y con él siempre se aprende algo nuevo.
Una de las cosas que más me impactó a mi también fue el tema de los contaminantes y la leche materna. Aunque ya sabemos que el mundo está contaminado, mientras que no nos afecta directamente tendemos a mirar hacia otro lado.
Nosotros también le damos mucha importancia al consumo responsable y en realidad eso es lo que podemos y debemos hacer. Que cada uno desde su pequeño lugar en el mundo actue con responsabilidad, conciencia y coherencia. Cada granito de arena cuenta!
Un abrazo muy grande y mil gracias por tu aportación!
Kiki