Por fin voy saliendo de unos días de catarro y tos perruna que me han tenido medio kao. Afortunadamente la cosa no ha ido a más, aunque mucha gente por aquí anda medio griposa.
Como recibo numerosas consultas sobre qué tomar y hacer en estas circunstancias, me he animado a escribir un post sobre cómo hacer un delicioso jarabe de tomillo para la tos.
Hacer jarabe es facilísimo.
La primera vez que fabriqué uno me sorprendió gratamente la sencillez del procedimiento y desde entonces nunca falta en nuestra botica familiar.
¿Qué es un jarabe?
Un jarabe tradicional es el resultado de la siguiente combinación:
- Azúcar para enmascarar sabores y como conservante
- Infusión o decocción de las plantas que hayamos seleccionado.
Vamos a ir viendo los ingredientes uno por uno.
Azúcar
Personalmente no me gusta utilizar azúcar ya que es una sustancia dañina. Hace muchos años que este ingrediente salió de mi cocina y prefiero evitarlo siempre que sea posible, pero puedes emplearlo perfectamente si no tienes nada mejor a mano.
Su función no es otra que la de conservar el preciado líquido medicinal impidiendo la proliferación de bacterias. Además, ayuda a disfrazar los sabores fuertes e incluso desagradables de determinadas plantas, pero no aporta mucho más a la preparación.
La mayoría de los fabricantes de jarabes emplean azúcar blanca refinada, pero yo prefiero preparar los jarabes con miel ya que sus propiedades medicinales se complementan muy bien con las de las plantas.
La miel
La miel es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas a partir del néctar de las flores para alimentarse. Una parte la consumen en verano y el resto la almacenan en su colmena como reserva de alimento para el invierno.
La mayor parte de la miel que se vende está refinada y adulterada (mezclada con azúcar en el mejor de los casos).
La única miel que conserva intacta sus propiedades es la miel pura o cruda, es decir, no filtrada, pasteurizada ni calentada por encima de los 35°. En el proceso de refinamiento la miel pierde sus vitaminas, minerales y enzimas.
Otro problema que puede presentar la miel es la presencia de residuos tóxicos como pesticidas, por lo que es conveniente el uso de miel ecológica.
Te recomiendo que encuentres un apicultor de confianza o que compres solo miel cuya etiqueta especifica que es cruda y/o ecológica.
ADVERTENCIA: la miel cruda es una fuente potencial de esporas del botulismo por lo que no debe usarse en niños menores de 1 año cuyos intestinos no están del todo formados para hacer frente a este tipo de bacterias.
Recuerda que las abejas llevan a cabo un trabajo extraordinario para fabricar su preciado alimento. Es por ello que debemos tratar la miel con sumo respeto y emplearla solo con fines medicinales.
Las plantas
Para hacer nuestro jarabe de hoy vamos a utilizar tomillo (Thymus vulgaris).
Es una de las plantas que tengo en mi jardín medicinal y me da muchas alegrías. Requiere pocos cuidados y el simple hecho de acariciar sus ramitas y dejarme envolver por su intenso aroma me llena de felicidad.
Su propiedad principal es la antiséptica por lo que lo emplearemos para tratar dolencias leves de las vías respiratorias (resfriados, tos, gripe, bronquitis). También es antiespasmódico y expectorante, por ello, muy útil para paliar la tos.
Antes de que se descubrieran los antibióticos el tomillo era conocido como “el desinfectante de los pobres”.
Para extraer una buena parte de los principios activos del tomillo vamos a realizar una infusión de esta planta con:
- 1 taza de agua (+/- 150ml)
- 1 cucharadita de tomillo seco (+/- 1 à 2gr)
Añadimos agua a 80 grados, no hirviendo.
Tapamos la infusión.
Dejamos reposar 10m, colamos y reservamos.
El agua
Yo siempre empleo agua de manatial que recojo yo misma.
Sé que esto no está al alcance de todos por lo que puedes comprar perfectamente agua embotellada poco mineralizada o con el residuo seco más bajo que encuentres.
Esta información la encuentras en la etiqueta:
Manos a la obra
Y ahora sí, ha llegado la hora de fabricar nuestro jarabe.
Existen cientos de recetas y cada maestrillo tiene su librillo, pero vamos empezar con la receta base que podrás ir perfeccionando o completando a medida que practiques.
Para empezar solo necesitas los 3 ingredientes que ya hemos analizado: agua, miel o azúcar y tomillo.
Ingredientes:
- Un volumen de infusión por dos veces su peso en miel o azúcar, por ejemplo, 50 ml de infusión de tomillo
- 100 g de miel o azúcar
- Opcional: zumo de limón
Procedimiento:
- A fuego suave, al baño María, añadir el azúcar o la miel en pequeñas cantidades a la infusión removiendo suavemente hasta que quede disuelto por completo.
- Dejarlo enfriar.
- Se puede añadir el zumo de medio limón para darle un sabor más refrescante que ayudará además a la conservación de este preparado ya que las bacterias no proliferan en un medio ácido.
- Verter en un tarro o frasco de cristal limpio con la ayuda de embudo.
Los frascos bien cerrados y esterilizados suelen conservarse bastante tiempo. Una vez abierto consumir directamente.
Este jarabe no está recomendado si sufres diabetes o hiperglucemia.
Esta es una receta básica, pero hay cientos de posibilidades:
- Mezclar varias plantas
- Enriquecer con tinturas
- Jugar con las proporciones
- …
Lo importante es empezar por alguna parte y esta es una opción muy sencilla y eficaz para que te vayas animando.
Es tu turno
Y ahora sí, ha llegado el momento de pasar a la acción así que, cuéntame:
¿Qué te ha parecido esta receta?
¿Has probado ya hacer tus propios jarabes medicinales?
¿Compartes con nosotros tu experiencia?
Y si te animas con la receta cuéntanos los resultados.
Espero que este artículo te haya sido te haya sido de utilidad.
¡Un abrazo enorme!
Crédito de imágenes: Sonja Langford para Unsplash, wikipedia
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Hola Kiki.
Llevo dos semanas con tos perruna. Es mucosidad lo que tengo adherido porque es lo que sale cuando ablanda.
Yo me he estado haciendo jarabe con miel, cebolla picada y limón o vinagre de manzana.
El tomillo me lo tomaba solo infusionado.
Así que voy a probar tu receta.
Un beso
Hola María José,
La cebolla también suele funcionar muy bien pero ya sabes que cada organismo es un mundo y reacciona de forma diferente.
Puedes compelementar la toma del jarabe de tomillo con unas gotas de aceite esencial de saro, ravintsara o eucalipto smithii disueltas en aceite o gel de aloe, que te aplicas en el pecho con un leve masaje. Mano de santo para expectorar 🙂
Mucho ánimo y gracias por tu aportación!
Abrazos,
Kiki
Hola Kiki,
gracias por compartir está planta de reconocido beneficio.
Yo no solo lo tomo como antibacteriano ingerido, sino también en apósito o limpieza para reequilibrar mi flora, por ejemplo en ojos y otras mucosas.
Me gustaría hacerte una pregunta, yo siempre la tomo en infusión caliente, ¿en que varía sus propiedades respecto al jarabe?
Gracias mil por compartir tus recetas. Yo desde que vi tu botiquín de verano me di cuenta cuanto me queda por aprender. ¿para cuando un curso online de como hacer tu propio botiquín? 😉 Porque aunque soy bióloga y fan de los remedios naturales no conocía ni la mitad de lo que hablabas, jaja.
Un abrazo.
Séfora.
Hola Séfora,
gracias a ti por compartir con nosotros tu experiencia. El tomillo es una planta muy versátil que tiene gran cantidad de usos y no puede faltar en nuestro jardín medicinal o botica familiar.
Tomarlo en infusión es perfecto también. En realidad la función original de jarabe era enmascarar el sabor desagradable de ciertas plantas medicinales.
A mucha gente le desagrada el gusto del tomillo pero en forma de jarabe no tienen problema. A mis hijos, por ejemplo, les espantan la mayoría de las infusiones pero no le dicen nunca que no a un jarabe en el que aprovecho para meter de todo :-).
La otra función es la de conservante del líquido. Una infusión no puedes conservarla más de 24h mientras que un jarabe abierto te dura varios días.
En cuanto al curso online… se está cociendo, jajajaja!
Un abrazo guapísima!
Kiki
¡Gracias por compartir la receta, Kiki! Me viene de perlas, justo hoy que se ha puesto mi hijo con tos. ¡Un abrazo y secundo la petición de Séfora!
Hola Sandra,
¡me alegra mucho que te venga bien la receta!
Ya nos contarás si te ha funcionado.
Un abrazo grande,
Kiki
Hola Kiki!
Me han venido recuerdos de la infancia a la cabeza al leer esta receta. Mi madre siempre hizo jarabes caseros, aunque ella los hacía con eucaliptus y miel.
Me queda una duda: ¿hay alguna alternativa a la miel para intolerantes a la fructosa? ¿se podría elaborar el jarabe directamente sin miel?
Mil gracias, un saludo y que mejores del todo pronto!
Hola Eva,
sí! A mi también me transporta a la infancia el olor de muchas hierbitas que utilizaba mi abuela.
Hay una alternativa que se emplea mucho en la herboristeria angosajona y no tanto en la francesa que es de la que yo más he aprendido.
Me refiero a la glicerina que se usa mucho como aditivo alimentario (E422). En este caso tendrás que fijarte MUY BIEN que sea de origen vegetal y no derivada del petroleo.
Personalmente no tengo experiencia porque no uso glicerina y la mayoría de las recetas que llevan glicerina, la contienen solo en un porcentaje mezclado con miel o azúcar. Si no toleras la fructosa, lo mejor será que optes por otro tipo de extractos (infusiones, tinturas, cápsulas).
Gracias por tu comentario y un abrazote!
Kiki
Hola. Ya lo prepare !! Pero no sé cuántas cucharadas o cucharaditas al día son y por cuánto tiempo. Lo puedo dejar fuera de la nevera? Prepare 50ml de infusión por 100 g de miel. Muchas gracias
Hola Diana,
cuánto me alegro de que te hayas decidido a probar la receta. Tres cucharadas soperas al día durante una semana debe ser suficiente.
El bote cerrado se conserva fuera de la nevera, pero una vez que lo has abierto, debes conservarlo dentro de la misma.
Te mando un abrazo,
Kiki
Acabo de descubrir tu blog, me encanta, gracias por la receta del jarabe de tomillo que es lo que buscaba.
A partir de ahora, seguiré tus recetas.
Un saludo.
Hola Pilar,
¡pues cuánto me alegro!
Seguimos en contacto y te mando un abrazo,
Kiki
¡Me alegra qe te guste!
Un abrazo,
Kiki